Mi sueño de ser futbolista profesional
Como en casa con tres muchachos y un padre que estaban completamente fan del futbol tenía mi madre y la hermana una vida dura. Corrían con el coche todos los domingos de un campo al otro para ver a la familia.
Como nosotros vivimos cerca de un estadio de futbol (FC Berna, Neufeld) era para nosotros los jóvenes claro que queríamos aprender este jugo seriamente. Cada miércoles por la tarde estuvimos en la cancha y el entrenador nos enseñó cómo se trata la pelota. Así seguimos de los chicos a los jóvenes y a los activos. Estaba claro que en las conversaciones tenía el futbol la prioridad.
Cada uno soñaba con su favorito y claro se imaginaba salir como su jugador preferido. Pero no nos dimos cuenta de que se necesitó mucha energía para hacer deporte y para existir en el mundo del trabajo.
Mis dos hermanos más jóvenes dejaron su sueño y entrenaron en este mundo pero como futbolistas de algunas divisiones inferiores. Yo estaba siguiendo mi sueño y con muchos compromisos me asenté muy joven en el equipo de la primera del club.
También tenía la suerte de jugar en el equipo cantonal de Berna, y en el equipo nacional de Suiza de juventud (de 16 a 17años).
En estos tiempos existían varios clubes interesados en contactarme para cambiar el club. Pero yo como menor edad no tenía la autorización de firmar el contrato.
Así se acabó mi sueño de ser futbolista profesional.
Mis padres dijeron: –Primero tienes que aprender una profesión adecuada, después vamos a ver–.
Mi sueño de ser futbolista profesional
Como en casa con tres muchachos y un padre que estaban completamente fan del futbol tenía mi madre y la hermana una vida dura. Corrían con el coche todos los domingos de un campo al otro para ver a la familia.
Como nosotros vivimos cerca de un estadio de futbol (FC Berna, Neufeld) era para nosotros los jóvenes claro que queríamos aprender este jugo seriamente. Cada miércoles por la tarde estuvimos en la cancha y el entrenador nos enseñó cómo se trata la pelota. Así seguimos de los chicos a los jóvenes y a los activos. Estaba claro que en las conversaciones tenía el futbol la prioridad.
Cada uno soñaba con su favorito y claro se imaginaba salir como su jugador preferido. Pero no nos dimos cuenta de que se necesitó mucha energía para hacer deporte y para existir en el mundo del trabajo.
Mis dos hermanos más jóvenes dejaron su sueño y entrenaron en este mundo pero como futbolistas de algunas divisiones inferiores. Yo estaba siguiendo mi sueño y con muchos compromisos me asenté muy joven en el equipo de la primera del club.
También tenía la suerte de jugar en el equipo cantonal de Berna, y en el equipo nacional de Suiza de juventud (de 16 a 17años).
En estos tiempos existían varios clubes interesados en contactarme para cambiar el club. Pero yo como menor edad no tenía la autorización de firmar el contrato.
Así se acabó mi sueño de ser futbolista profesional.
Mis padres dijeron: –Primero tienes que aprender una profesión adecuada, después vamos a ver–.
Una de mis mejores vacaciones la pasé en Cuba. ¿Qué hizo que este viaje fuera tan especial para mí? Fueron los encuentros con los lugareños. Mi amiga Yvonne ya había estado en Cuba varias veces y visitábamos a sus amigos en casa, celebrábamos fiestas con ellos y hacíamos excursiones juntos. Me acogieron calurosamente y me hicieron partícipe de su vida cotidiana, contándome sus alegrías y dificultades.
Todavía estoy en contacto con ellos.