Para mí, en lo personal, me ha costado toda una vida aprenderme esa respuesta: ¿De dónde eres?  > soy de ...
De dónde soy, me pregunto. Y, al mismo tiempo me respondo, soy de ese lugar, donde me siento amada, es decir soy cosmopolita.

Soy venezolana lo dice mi corazón orgulloso y un pasaporte, pero —eres sudamericana—, me lo dice mi corazón en armonía con ese hermoso país que me arropó en mi adolescencia y al que le debo la mitad de la sangre que corre por mis venas: Ecuador. 

Simbólicamente se encuentra mi hija allá celebrando sus 25 años en unión de mis seres queridos. Hace 25 años los celebré yo aquí en Suiza con ésta mi nueva familia que amo con todo mi corazón.
Escuchar de su boca la siguiente frase no tiene precio: —Madre, cada vez me gusta más tu ciudad. Me siento feliz de tener una madre con raíces tan diversas y tener familia tan maravillosa en los dos continentes—.
Ahora más que nunca sé que la mejor decisión que tuve hace 12 años fue la de llevarlas a convivir con mi identidad.
Mis rasgos físicos me identifican , aunque mi acento me deja fuera de cualquier terruño.
Quiero colocar unas fotos (con permiso de mi pequeña) rindiendo  homenaje a esa bella ciudad, a mi familia, a mis conocidos y sobre todo a mis recuerdos...
La escalera de los besos, sus calles, el río y su caudal...
Gracias familia. Gracias amigos, gracias a todos por haberla acogido con tanta calidez morlaca.