El otoño
“Quizás, la felicidad esté en caminar hasta que nuestras miradas se encuentren”
Los días de otoño son para mí los más bonitos del año. Tal vez, porque el mes de noviembre es para mí el mes más mágico de todos, aunque falte tan poco y al mismo tiempo tanto.

Dado que la temperatura ha comenzado a bajar, esos calores bochornosos del verano pegado a esos cuerpos sudorosos caminando de prisa a sus trabajos, corriendo desesperados a un —no sé a dónde— ya no emanan esos olores entre acre y mentolado: me alegro.

Ya estamos en noviembre: mi mes favorito del año…a causa de esa fatídica noticia, responsable de la hecatombe de muchos sueños, el futuro de muchos mortales se encuentra especialmente ensombrecido, por no haber podido salir de vacaciones a sus ansiadas y lejanas tierras: ¡Qué despecho! y yo feliz porque estamos —por fin— en el mes más bonito del año.https://video.wordpress.com/embed/8cirljXT?preloadContent=metadata&hd=1
Ahora esos cuerpos semi-desnudos que contrastaban con los frondosos y tupidos árboles ahora cambian sus papeles y, mientras mis frustrados mortales se cubren y se envuelven en lanas y sedas cambiando sus sandalias por zapatos robustos de cuero mezclando su olor con el de las castañas propias del otoño y del invierno, mis indecorosos árboles comienzan a despojarse de sus atuendos: ¡Qué visión!, ¡Qué fantasía!, ¡Qué recuerdos!

Gracias a la llegada de la neblina los días sombríos se hacen eternos: días maravillosos que me ponen melancólica y enamorada al mismo tiempo: Me siento viva me siento yo: ¡Es mi tiempo!
Desde octubre el tiempo me regala días caprichosos; unos llenos de luz; oscuros y fríos otros. Y, al mismo tiempo la naturaleza comienza a engalanarse con sus últimos vestidos coloridos antes de dormirse satisfecha por su misión cumplida.

Camino, y, mientras camino admiro. Aunque el cielo esté cenizo combina con el ocre espectacular de las hojas caídas de mis árboles cándidamente obscenos.

Los árboles se preparan para el invierno, las hojas se despegan de sus ramas y arremolinadas caen y se amontonan y brillan y crujen y huelen y se tienden a tus pies como una alfombra mullida lista para volar en tus sueños oníricos entre cantos de pájaros, riachuelos y bichos.https://video.wordpress.com/embed/vWSDutQp?preloadContent=metadata&hd=1
Entre esos juegos de luz y de sombra, mientras camino por puente, calles, bosques, museos, montañas o campos, sin rumbo: me imagino lejana llegando, quizás hasta allá a ese lugar donde nuestras miradas se encuentren…