Cuando nuestros hijos iban a la escuela, íbamos de excursión con ellos a las montañas.
Mi esposo era muy cuidadoso y siempre llevaba una cuerda para poder asegurarlos en lugares peligrosos.
A los niños no les gustaba nada caminar sobre una cuerda. Les dimos los nombres de las distintas montañas, pero no les importó.
Más bien, no podían esperar hasta que hubiera un descanso y pudiéramos comer el picnic que habíamos traído con nosotros. Por supuesto que nos llevamos la basura. Hace casi 40 años, las montañas estaban casi libres de basura.
Por supuesto, compramos ropa adecuada para toda la familia para hacer senderismo. Siempre llevaba conmigo un paraguas que cabía en mi mochila.
Hicimos muchas fotos, casi siempre en grupo, cuando estaban comiendo. Desafortunadamente, el padre no aparecía en las fotos, era el fotógrafo.
Siempre escuchamos el pronóstico del tiempo en la radio. con mal tiempo nos quedábamos en casa. Para el deleite de los niños, porque no les gustaba especialmente el senderismo. Para que pudieran jugar con sus compañeros en casa y los padres disfrutamos de una hora de descanso.
Cuando nuestros hijos iban a la escuela, íbamos de excursión con ellos a las montañas.
Mi esposo era muy cuidadoso y siempre llevaba una cuerda para poder asegurarlos en lugares peligrosos.
A los niños no les gustaba nada caminar sobre una cuerda. Les dimos los nombres de las distintas montañas, pero no les importó.
Más bien, no podían esperar hasta que hubiera un descanso y pudiéramos comer el picnic que habíamos traído con nosotros. Por supuesto que nos llevamos la basura. Hace casi 40 años, las montañas estaban casi libres de basura.
Por supuesto, compramos ropa adecuada para toda la familia para hacer senderismo. Siempre llevaba conmigo un paraguas que cabía en mi mochila.
Hicimos muchas fotos, casi siempre en grupo, cuando estaban comiendo. Desafortunadamente, el padre no aparecía en las fotos, era el fotógrafo.
Siempre escuchamos el pronóstico del tiempo en la radio. con mal tiempo nos quedábamos en casa. Para el deleite de los niños, porque no les gustaba especialmente el senderismo. Para que pudieran jugar con sus compañeros en casa y los padres disfrutamos de una hora de descanso.
Antes con nuestros hijos solíamos ir de vacaciones y hacer senderismo durante muchos años. Recuerdo que a ellos no les gustaba siempre, como a mí tampoco cuando era niña, y lo mismo lo vivimos ahora con nuestros nietos. Pero lo interesante es que al principio de la excursión se quejan y al final casi siempre están satisfechos.
En ese tiempo no sabíamos mucho sobre la protección solar. Hoy en día la gente se protege mejor con crema solar, sombreros y gafas de sol. Llevábamos y llevamos también hoy ropa cómoda y botas para caminar. En las mochilas hay un pic-nic y suficiente agua, un pequeño botiquín de emergencia y si el clima lo exige, envolvemos la protección contra la lluvia.
Imagino que el placer del senderismo a menudo solo llega con la edad adulta.
Todavía disfruto hacer senderismo, aunque no tengo más la misma resistencia como solía tener antes.
Lo que más me está molestando al momento es que hayan demasiadas atracciones en las montañas.
Me pregunto, ¿por qué es necesario que las bicis crucen los senderos o que hayan patinetas y resbaladeras allí?
La naturaleza nos ofrece tantas cosas bonitas incluyendo la tranquilidad. ¿Por qué queremos siempre más? Deberíamos estar satisfechos por una vez. Los animales y la naturaleza te agradecerían si fuera más tranquilo y si estuviéramos preocupados por ellos.
Después de haber leído los comentarios de Ursula y de mi queridísima no es fácil escribir sobre otras cosas, porque estoy totalmente de acuerdo con sus descripciones, por eso voy a escribir un texto alternativo.
Durante muchos años pasábamos las vacaciones de verano en la Engadina Alta conocida por su temperatura moderada y agradable, su naturaleza famosa y su imponente paisaje de montaña. Y claro que también es un paraíso para hacer senderismo.
Al principio de los años noventa no había casí nunca personas que utilizaban bastones de senderismo, pero no era lo mismo para nosotros, los compramos temprano.
Un día cuando caminábamos en el Valle Rosegg oíamos detrás de nosotros a un niño diciendo: -Papá, ¿por qué utilizan esta mujer y este hombre bastones de esquí? En el verano no hay nieve... De verdad, los primeros no tenían platitos y la caminata nórdica aún no estaba de moda.
Durante los últimas vacaciones cuando caminábamos por la Via Engadinia arriba del valle principal me daba cuenta de que había cambiado algo y de repente
realizéme di cuenta de lo qué fue: el ruido, producido por la multiplicación del tráfico y de los helicópteros y esto me molestó.Entonces en esta época se construyen en muchas regiones alpinas siempre más casas con pisos para alquilar o para vender y esto necesita una infraestructura adecuada, sean carreteras, cañones de nieve, antenas para celulares o atracciones populares para atraer a los turistas que gastan dinero y ayudan a crear y mantener puestos de trabajo.
A mí no me gusta este desarrollo rápido, porque sospecho que la naturaleza sufrirá más y más en el fururo.
Pero espero que hoy en día se intente operar el turismo sostenible.
Sin embargo, si quieres visitar puntos
calientesde interés (Hotspots) alpinos te recomiendaría informarte por Internet sobre las horas de frequencia máxima de los visitadores.