Recuerdo cuando llegué a Suiza y vi mujeres jugando fútbol, no las consideraba femeninas y casi me daba vergüenza verlas; me quedé callada no era mi país, ni mi educación, ni mi cultura. Creo que pequé de ignorante tenía solamente 22 años y venía de una familia muy estricta y con una educación religiosa.

Pasaron los años y fue una de mis hijas con 19 años que me dijo que en su tiempo libre jugaba al fútbol. Nuevamente no me sentía cómoda, pero era su vida. Ella nació aquí y ella sabrá lo que es lo mejor para ella.

Ahora con el empoderamiento femenino y la propaganda positiva que tiene este deporte en todas las esferas sociales, lo entiendo y lo acepto y, e inclusive, comparto la idea de que la igualdad debe de estar presente entonos los ámbito.

Quiere decir que, además de ser un deporte para todos, se pague igual. En otras palabras que los sueldos para las deportistas femeninas sean iguales a los sueldos de los deportistas masculinos. Tú ¿qué piensas?

Por cierto, ninguna de mis hijas juega fútbol, ¡qué pena!