En Chaluacocha, a más de 4300 metros de altura en la provincia peruana de Urubamba, las mujeres altoandinas luchan por preservar los saberes ancestrales en medio de los efectos del cambio climático. Utilizan telares de cintura, una técnica tradicional, pero enfrentan condiciones extremas: nevadas fuera de temporada, fuertes vientos, y bajas temperaturas, lo que provoca la muerte de alpacas, escasez de pasto, y malas cosechas de papa.

A pesar de estas dificultades, las mujeres se han organizado en cooperativas y han formado alianzas con marcas locales para establecer un modelo alternativo de moda sostenible. Este modelo pone en valor el trabajo artesanal, garantiza pagos justos y permite visibilizar el proceso y el impacto humano y ambiental de cada prenda.

De este modo, las mujeres buscan seguir habitando sus territorios ancestrales, sosteniendo su economía y cultura frente a un entorno cada vez más adverso.